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Trujillo Digital: ¿Qué podemos aprender con los videojuegos?

En la enorme hiperaula que es el mundo, no suena disparatado tener un salón de clase para aprender con los videojuegos. La dinámica y atractivo lúdico pueden orientar al conocimiento a niños y adolescentes.

Es un hecho que el mundo de los videojuegos ha cobrado mucha relevancia en las últimas décadas. Esto no solo atrae a una multitud de jóvenes ansiosos por jugarlos, sino también a padres o maestros descontentos por el consumo o “pérdida de tiempo” que estos ocasionan; pero, ¿acaso no pueden convertirse en una nueva forma de enseñanza?

En el 2017, la revista Ingeniería, Investigación y Desarrollo, mencionó que, en una sociedad globalizada, la educación es sumamente importante para que las personas puedan desenvolverse en escenarios, comunidades y culturas diferentes.

Se busca, pues, nuevas formas de fomentar una enseñanza que cale en los estudiantes. Una enseñanza alejada de la tradicional “texto-alumno”. Es ahí donde entran los videojuegos y su probable potencial educativo.

Estas plataformas no sólo permiten simular cientos de experiencias, sino que su interactividad suele atraer al jugador y conectarlo con mundos infinitos; sin embargo, aún hay limitaciones en cuanto a su uso en las aulas, ¿cuál es el problema de integrarlos al aprendizaje? ¿Es posible, realmente, aprender con los videojuegos?

El lado bueno

La influencia de los videojuegos en la educación surgió en gran parte porque el tiempo que toman los niños y jóvenes en teléfonos, ordenadores o consolas, es significativamente grande. Al respecto, la Universidad de Salamanca estudió los efectos que tienen en los jugadores.

Las presentaciones de acción o arcade como la saga Assassin’s Creed o God of War, exigen al jugador una gran capacidad de atención; ello permite tener una respuesta más rápida a estímulos según va progresando en sus campañas.

En el caso de juegos de estrategia como Age of Empires, Starcraft o Civilization, además de tener una base histórica relevante, también desarrollan el pensamiento lógico y la solución de problemas producto de sus escenarios cargados de retos.

Así, en los de tipo deportivo, simulación o de rol, se desarrollan capacidades visuales, sociales y físicas. Uno puede absorber grandes cantidades de información con rapidez, mejorar los reflejos y hasta promover las relaciones interpersonales.

Estudiosos y maestros estiman que estas son habilidades que complementan el aprendizaje de una persona y los juegos serían una gran ayuda para formarlos.

El lado oscuro

Aunque se han estudiado sus beneficios, también existen implicancias que pueden ser perjudiciales.

Un estudio publicado en la revista Reflexiones menciona que si bien la inteligencia no sufre ningún deterioro por el uso de videojuegos puede tener otras afecciones: adicción, crisis convulsivas, estimulación de actitudes violentas, que afectan las actividades cotidianas, falta de atención, aislamiento, etc.

Esto quiere decir que no todos los videojuegos van a desarrollar las habilidades de todas las personas.

Básicamente, la gran mayoría de videojuegos desarrollados, sobre todo los más comerciales, no siguen una línea destinada a aplicarse a las aulas, ya que su objetivo, naturalmente, es que sean jugados la mayor cantidad de horas posibles.

En la educación, por ejemplo, se recomienda que un maestro delimite lo que se quiere formar; es decir, uno no puede ordenar a sus alumnos que jueguen algo y esperar un aprendizaje completo.

Por ejemplo: se recomendaría experimentar con el juego de estrategia Age of Empires III, para conocer, en su modo campaña, la historia entre civilizaciones de Europa, América o Asia a lo largo de la historia.

Videojuegos serios y convencionales

Separando a los juegos comerciales, existe una categoría que está destinada a ser utilizada en las aulas, esos son los Juegos Serios; que son creados para que el usuario aprenda jugando. Estos son programados respecto a cada etapa: niños, adolescentes, jóvenes, adultos, etc.

En esa categoría podemos poner como ejemplo a Real Lives 2010, un videojuego que te sitúa en la piel de distintos personajes, con el objetivo de aprender la cultura, costumbres y hábitos de países como Brasil, Nigeria, Polonia, etc.

Otro ejemplo es el videojuego America’s Army, lanzado en el 2002; cuyo objetivo fue adiestrar militarmente, simulando escenarios diversos en los que podrían enfrentarse.

Un ejemplo reciente es el creado por Microsoft: Flight Simulator. Un simulador de vuelo que emula con gran realismo a esta actividad. También lo usan para instruir a pilotos novatos.

A pesar de haber juegos destinados a educar (Serios) y otros no (acción, estrategia, deportivos, etc.), los más comercializados son los segundos, ya que suelen ser más atractivos para el público dadas sus características e interacción; sin embargo, esto no significa que el aprendizaje sea nulo.

Presentaciones como Medalla de Honor o Battlefield 1942 están ambientados en la segunda guerra mundial. Si bien combinan aspectos reales con ficción, uno puede aprender mucho del conflicto bélico más importante de la historia.

La saga de Ubisoft, Assassin’s Creed, está habituada en Florencia del Renacimiento; París en los años de la Revolución Francesa; la invasión de Inglaterra por parte de los Vikingos en el siglo nueve; y hasta en las Guerra del Peloponeso entre Atenas y Esparta. Se estudia mientras uno recorre todos estos escenarios cargados de dinamismo y detalle.

Barreras para aprender en los videojuegos

Un estudio publicado en la revista de educación Apertura, menciona que los padres y maestros simbolizan una de las más grandes barreras respecto al aprendizaje con los videojuegos, ya que se suele asociar esta actividad a la pérdida de tiempo y dinero.

Sin embargo, estudiosos del tema concluyen en que este tipo de herramientas pueden ayudar a actualizar la educación tradicional; ofreciendo al alumno vías distintas de que logre formarse activamente.

Ya sea un juego serio o no, todo puede lograrse delimitando un tema en particular y guiando al estudiante a educarse mediante distintas formas o plataformas. De igual manera, debe considerarse la edad del niño o joven con distintos juegos, ya que varios de ellos tienen restricciones en cuanto a edad, salud, manejo y demás.

Los videojuegos nos ponen en pieles y escenarios históricos e inimaginables; enseñándonos que podemos lograr nuestro objetivo aún si en el proceso fallamos muchas veces, demostrándonos que, si bien existe un mundo allá afuera, hay cientos en los videojuegos… ¿Por qué no aprender con los videojuegos?

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