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«Ser fotógrafo implica pensar, preguntar, cuestionarse, entrar en un laberinto, porque allí surge la construcción de una personalidad fotográfica», Omar Miñano

Muestra fotográfica Imágenes fantasmas se inauguró este sábado en la Alianza Francesa de Trujillo. Omar Miñano lidera iniciativa fotográfica con 11 jóvenes.

La fotografía también tiene un espacio en nuestra ciudad; ello quedó demostrado con la muestra Imágenes fantasmas que se inauguró este sábado 2 de diciembre en la galería de la Alianza Francesa de Trujillo.

El público que asistió de forma masiva a esta actividad pudo presenciar las obras de 11 autores de nuestra localidad. Ellos son: Martín Rebaza, Jorge Luis Segura, Karen Baltodano, Emilia Merino, Lelys Aliaga, Martin García, Alexis Pacori,  Guillermo Tinoco, Augusto Nomberto, Silvia Sánchez y Jordán Aguilar.

Guiados por el fotógrafo y docente, Omar Miñano, los 11 jóvenes, la mayoría de ellos comunicadores y dedicados al diseño, mostraron lo mejor de su trabajo a los asistentes, resaltando en todo momento su experiencia en el arte y la fotografía.

Respecto a ello, Siente Trujillo aprovechó para conversar con Omar Miñano, quien habló sobre su trayectoria en el mundo  fotográfico y su participación como artífice de la muestra Imágenes fantasmas.

Omar Miñano

Nací en Chimbote. Llegué a Trujillo a los 5 años. Soy fotógrafo y publicista. Me dediqué a la docencia por cerca de 16 años en la Universidad Privada del Norte (UPN). Fundé hace 3 años y medio Número, centro de artes visuales especializado en fotografía. Sigo dedicado a la fotografía. Tengo un trabajo que se orienta al desnudo, el retrato, la calle y últimamente a cuestionar mi rol de fotógrafo.

¿Siempre fue parte de su vida, la fotografía?

La fotografía me encontró de algún modo dentro de mi hábito profesional que era de diseñador. Soy publicista, pero estudié publicidad justo por la inquietud de la fotografía. En Trujillo no existía un lugar donde te enseñaran fotografía y para hacerlo había que viajar a Lima; eso era muy costoso.

Mencionó en alguna ocasión que estuvo en el momento de la transición de la fotografía analógica a la fotografía digital. ¿Puede profundizar sobre ello?

Catalogo a la fotografía tradicional o analógica como prácticamente el núcleo de todo mi trabajo profesional. La considero mi escuela. En ese momento la fotografía tradicional me enseñó a tener capacidad de observación y minuciosidad para poder tomar lecturas de la fotografía y hasta ser en cierta forma de reflexivo con mi propio trabajo.

Confieso que me costó mucho ese cambio, incluso me costaba coger la cámara digital, no la concebía. Entiendo que te brinda ciertos facilismos por cuestiones de tiempo; sin embargo, sigo apasionado por lo analógico, debe ser por ese sentimentalismo por haberme enseñado a observar como ahora.

En estos tiempos con la aparición de herramientas de la tecnología como que se ha ido banalizando la labor del fotógrafo ya que ahora la mayoría de personas pueden tomar fotografías. ¿Cuál es su parecer sobre ello? ¿Cree que ha sido perjudicial para aquel que se ha formado como fotógrafo profesional?

Creo que quien quiere dedicarse a la fotografía como fotógrafo tiene que entender de que existe una formación, esa formación traspasa la técnica, esa formación tiene que ver con la educación, la educación tiene que ver con vivir, experimentar, explorar con buscar de las experiencias un lenguaje, apropiarse de la máquina y hacer que la máquina se vuelva un intermediario o un elemento más de todo lo cerebral que puede existir; porque ser fotógrafo implica pensar, preguntar, cuestionarse, implica entrar en un laberinto, porque es allí donde surge la construcción de una personalidad fotográfica. De un creador que interpreta el mundo en el que vive.

Ya no son tiempos donde te tienen que enseñar a manejar la cámara, es tiempo donde la fotografía traspasó sus propios espectros y se tienen que enseñar otras cosas, se tienen que enseñar a pensar sobre las cosas que suceden o inquietan al autor, a leer, a mirar más y apropiarse visualmente e intelectualmente de todo lo que le rodea.

Creo que se necesita pasar muchas peripecias para llegar a ser fotógrafo.

Según su experiencia, ¿cuál cree que es el deber del fotógrafo?

Existen varias posibilidades dentro de la fotografía, varios géneros, creo que en cada uno de ellos recae una responsabilidad dentro de cada línea de trabajo. Yo tal vez pueda pretender aportar de una forma más genérica. El rol del trabajo del fotógrafo es comprometerse consigo mismo, interiorizar diversos factores relacionados con la fotografía, buscar el horizonte y definir lo que quiere hacer con la fotografía. Siempre ha habido chicos que me preguntan, ¿qué cámara debo comprar? Yo les pregunto: ¿Qué quieres hacer primero?, porque primero hay que preguntar eso, porque para tener cámara se debe evaluar cuáles son tus intereses, tus inquietudes, asimismo comprometerse con su propio yo.

Coméntenos sobre la muestra, Imágenes fantasmas. ¿Cómo surgió este proyecto?

Esta muestra fue hecha para un evento de la ciudad. Es un evento que surgió en la ciudad, pero por ciertas cuestiones, digamos ajenas a nosotros, no se pudo realizar.  Esta muestra fue nuestra inversión, fue nuestro tiempo. Lamentablemente por una temporada se quedó suspendida. Ahora, gracias a la Alianza Francesa se permite darle continuidad e inaugurarla hoy día, consolidando un poco las distintas perspectivas de cada uno de los autores. Si bien sus trabajos son diversos pero la forma de pensar y de ver las cosas hay un símil entre ellos.

La mayoría de los autores que intervienen en Imágenes fantasmas son universitarios, comunicadores, diseñadores, de la UNT, UPAO, UPN. Chicos que han llegado a la escuela Número, en algún momento, y decidieron adentrarse a la aventura de la fotografía. Ellos ya han tenido varias muestras colectivas en la escuela, pero en esta ocasión ha sido más exteriorizado.

Son 11 chicos que manifiestan aquí sus propias perspectivas, sus propias maneras de vivir, propios intereses.  Los tópicos son diversos. No hay un tema como hilo conductor. El título de Imágenes fantasmas surgió por la experiencia que se tuvo de dejar latente la muestra, de dejarla enclaustrada, pero que a la vez se nos hizo útil para llevar a reflexionar lo qué es la fotografía en la ciudad.  Son estos fantasmas que de pronto aparecen o se disipan en el espacio. No sabremos si las imágenes de ahora tienen valor porque si bien hay un público, pero en el transcurso del tiempo se espera que las imágenes contagien a la ciudad como todas las manifestaciones artísticas que se vienen realizando en todo Trujillo.

¿Cree que con la muestra Imágenes fantasmas, servirá como estímulo para que los jóvenes deseen seguir la senda de la fotografía en nuestra ciudad?

Creo que es más un estímulo para los que están creando hoy, para motivarse, aprender más porque el espectador, cae por añadidura. El espectador quiere percibir, interesarse, quiere involucrarse, y eso motiva a otros chicos que también quiere introducirse al tema. En cierta manera, la muestra sirve como aliciente, no lo puedo afirmar completamente,  a mí me pasó, solía ir de paseo por el centro de la ciudad e inconscientemente entraba a las galerías y veía las obras de la ciudad y me sentía atraído sin conocer la magnitud de lo que veía.

¿Qué opina sobre la práctica de la fotografía en Trujillo?

Es tímida. Yo sigo buscando una respuesta de por qué sucede ello. Veo mucho chico que realiza foto pero a la hora de reunirse o congregarse para una actividad como la de hoy, son ausentes  o solo asiste una minoría, entonces ya no existe la mecánica de retroalimentación que pueda favorecer el desarrollo o la práctica de la fotografía en nuestra ciudad.

¿Cuál es su óptica sobre la fotografía en todo el Perú?

Es una fotografía bien contemporánea, analítica, conceptual.  Siempre he considerado al Perú y a Latinoamérica, que por su tradición, la fotografía que práctica generalmente es documentalista, pero a la par existe una inclinación por la imagen bien conceptual, analítica. Lo bueno es que la fotografía se toma esas libertades.

En Lima, por ejemplo, es una ciudad que ha avanzado mucho en el plano fotográfico. Lima está rescatando su tradición, su historia.  Se están rescatando fotógrafos involucrados en la misma temática, años atrás. En sí considero que hay un movimiento muy superior a Trujillo.

Se tiene entendido que en Imágenes fantasmas participa un joven de nombre, Jorge Luis Segura Cueva. Él ha realizado una muestra fotográfica también este año. ¿Qué opina de este nuevo talento de la fotografía en la ciudad?

La fotografía de Jorge Luis Segura es muy sensitiva, de mucha experiencia. Hay una buena técnica y buen manejo de recursos.  Ahora habría analizar lo que se viene posteriormente, sus próximos proyectos, algo ya más enfocado a lo particular.

¿Qué sugerencias les puede brindar a aquellas personas que quieren incursionar en la fotografía así como usted?

Si desean dedicarse deben tomar el toro por las astas, dedicarse bastante y también fracasar sino no se construye nada.

Escrito por Guillermo Francisco Salvador Saldarriaga, Licenciado en Ciencias de la Comunicación

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