En verano, se incrementan en más de 50% las infecciones vaginales; que de no tratarlas, puede desencadenar en una infección vaginal crónica u urinaria.
Con la llegada del verano, la infección vaginal e irritaciones ginecológicas aumentan debido a una serie de factores: mayor transpiración, calor y largos períodos de tiempo con la zona genital húmeda. Esto hace que dichas infecciones aumenten un 50% más que durante el resto del año.
“El aumento de humedad y el calor en la zona, resulta en verano un ecosistema perfecto para la proliferación de hongos y bacterias, que luego se traduce en infecciones como: Candidiasis vaginal, con escozor general y secreción blanquecina y espesa; o vaginosis bacteriana, cuyos síntomas son dolor, irritación y flujo maloliente”, refiere la Dra. Claudia Bazán Reátegui, Gineco Obstetra de la clínica San Pablo de Trujillo.
Para evitar la vaginosis bacteriana y la candidiasis vaginal, la Dra. te invita a seguir los siguientes consejos:
- Usa ropa interior de algodón: A diferencia de lo sintético, es respirable y evita la proliferación de hongos y bacterias.
- No excedas el uso del jabón íntimo: NO te hagas lavados intravaginales y usa solo agua de manzanilla para el lavado externo.
- Evita el uso de baños públicos: De hacerlo, usar un protector para evitar el contacto directo con el inodoro.
- Evita el uso de ropa húmeda por largos periodos de tiempo: La humedad favorece la proliferación de bacterias.
- Cuida tu higiene íntima: Darte una ducha tras un baño en la piscina o en el mar, ya que la sal o la arena puede irritar tu zona íntima.
- NO te auto mediques ante algún signo de infección: La bacteria u hongo se vuelve más fuerte. Acude a un especialista para el diagnóstico específico y receta.
Finalmente, la Dra. Claudia Bazán Reátegui aconseja que, ante signos como enrojecimiento, picor, molestias al miccionar, irritación de la zona vaginal y cambio en la secreción vaginal (más blanca y grumosa) acude de inmediato a un especialista. NO utilices geles íntimos, cremas u óvulos, en ocasiones el empleo de productos calmantes puede encubrir la afección provocando que esta se agrave.
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