Un día el profesor se detuvo a reflexionar el porqué no quería seguir en las aulas. Lo movía algo más, y tomó la decisión que lo llevó a hacerse independiente. Así que el ahora escritor Frank Marvin, renunció porque no se sentía conforme con el sistema educativo del Perú. Sin embargo, tenía que monetizar las ansias de libertad y por ello decidió preparar jugos para vender.
“Lo mejor que he podido hacer es preparar jugos. Es lo máximo para inspirarse. Cuando estaba haciendo mis juguitos podía tener una cercanía y un contacto con la naturaleza, por haber cortado la papaya y la manzanita. Y cuando lanzaba todo a la licuadora en ese momento todo desaparecía. Solo estaba yo con ese ruido, y quedaba yo con mis pensamientos, y parecía que todo se licuaba menos yo. Y este oficio me permite imaginar la vida”, resalta Frank Marvin.
La imaginación de este trujillano radicado en el distrito La Esperanza se materializó en su primer libro que lleva por nombre “La muerte de Charles Farouck”; que para él solo pudo ser posible con su nuevo oficio, “porque de profesor no lo hubiese hecho. Tiene que ser en algo en que te sientas más libre”, refirió.
¿Desde cuándo comenzó a escribir?
He comenzado a escribir desde muy joven. Desde que tengo uso de razón en mi jardincito. Siempre me gustaba ponerme a pensar sobre los sueños que tenía. Despreciaba un poco el juego de mis amigos en el campo y los observaba mucho. Y esto me hace recordar mucho a Carlos Santa María un amigo mío, que dice que el poeta es observador.
En ese camino de la poesía, que considero la vida mía, he venido a aterrizar en textos en mi adolescencia, donde empecé escribiendo poemas. Pero en ese camino me empezó a gustar hacer algo narrativo para llegar a este punto de la presentación de este libro. Pero se necesita también de la poesía de lo que se considera lírico, como un hermanito de la narrativa para poder hacer un libro.
Dicen que la ausencia de sinceridad deriva en una mala escritura ¿Qué tanto de sinceridad hay en sus cuentos? Incluso usted decía que este libro en esencia es usted mismo ¿Por qué lo dice?
Algunos me conocían con el seudónimo de Charles Farouck, pero eso trajo muchas tristezas a mi vida. Me gusta mucho reír y vacilar, pero él (personaje) me hizo alejarme de mí mismo. De algún modo se apoderó de mí. Y cuando pensé en el título de esta obra tenía que acabar con ello, porque quiero ser Frank Marvin, ese es mi nombre. Ha sido muy complicado derrotarme a mí mismo. Y si hay sinceridad, porque al decir esto delante de ustedes y haberle dado muerte a Charles Farouck, significa que es lo que he querido hacer, porque me atormentaba demasiado.
Yo me despertaba con las ganas de querer leer y escribir, y eso hacía sentir mal a otras personas. No tenía porque suceder así. Eso hacía Charles. Ahora soy yo el que toma poder sobre mí mismo y puedo decirles a las personas que sí puedes convivir contigo y con lo que te apasiona, y todo puede congeniar sin la necesidad de destruir nada.
¿Por eso era necesario recurrir a la muerte de Charles?
Así es. Y no lo decidí yo. Creo que es algo mágico que nos permite hacer determinadas cosas.
¿Cómo se decidió por el género del cuento y no por el de novela?
Escribí una novela. La inicié, pero se borraron todos mis archivos ¿Te imaginas cómo me sentí en ese momento? De una novela te estoy hablando. Se necesita un aliento. Un respiro y más oxígeno para escribir una novela porque demora mucho. Los cuentos surgieron porque en la actualidad me dedico a hacer cuentacuentos con un grupo que se llama Corporación Sinapsis, y por ahí va. Lo he planificado así: voy a hacer poemas, luego cuentos y supongo que de aquí en adelante la novela.
Usted dice que se cerró una etapa en usted ¿Ahora qué se viene?
Creo que se viene la novela. Quiero experimentarlo todo.
¿Retomar la novela que perdió o una nueva?
Tiene que ser una nueva novela. La otra no tuvo que publicarse. No tuvo que existir. Quedará solamente en mis recuerdos como una anécdota.
¿Tiene algo pensado para la nueva novela?
Creo que va a tratarse de Benjamín. Es una palabra que está en mi cabeza. Es el nombre de mi hijo.
¿En qué se inspira cuando está escribiendo?
Yo no tengo dominio sobre eso. No sé en que me estoy inspirando. Es como si algo me apartara de todo, entendida la poesía como una literatura. Hablo de poesía, narrativa, novela, todo, a la que considero como una mujer muy celosa que no quiere compartirme con nadie, solamente para ella. Tanto, así como: ¡Ven tú eres mío y se acabó! Pero yo no quiero hacer eso. Sé mi amiga, pero no mi amante, pero cuando eso suceda que ya ha venido sucediendo últimamente, puedo convivir con ella. No necesito matar o destruir. Mi inspiración es la vida.
En cuanto a la publicación ¿Fue difícil que lo apoyara una editorial?
Para publicar aquí, se necesita plata para todos los gastos, o que alguien crea en ti. Creo que este libro tuvo que esperar que alguien creyese en él. Y ese fue Rubén Aguilar, y lo publicó en su editorial que es Águila Roja.
Recomendaciones para quién desea incursionar en la escritura
Leer es importante pero no es de pronto una fórmula matemática. Entonces es hacer A+B y ya está el poema, no. Creo que tiene que ver con leer, pero también con vivir mucho y lograr en un momento que ambos se conecten, y puedas a través de la escritura transmitir vida y conectar con la gente.
Entrevista de nuestra colaboradora: Yasmielen Beatswine
Foto principal: Facebook de Frank Marvin Foto interior: Ana Tongo
Puedes encontrar más entrevistas a los invitados de la FILT 2019 en Trujillo Beat.
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