Destacado escritor y docente de la UNT, Juan Villacorta Vásquez, quedó entre los finalistas del prestigioso Premio Copé de Poesía 2017 con su libro Épica de los comunes y Celebración de la poesía.
Mediodía y con el sol aún clavado en el cielo, con sus inmensos brazos amarillos, avanzamos hacia la Facultad de Educación de la Universidad Nacional de Trujillo. Atrás dejamos las rejas de la primera puerta de la universidad, custodiadas por vigilantes que nos miran circunspectos. Avanzamos, nos topamos con la plazuela más cercana, varias siluetas están apostadas y conversan, o al menos así parece. Pronto nos enfilamos hacia el Departamento de Lengua y Literatura. Aquí nos atiende una mujer mayor que funge de secretaria. Preguntamos por el docente Juan Villacorta Vásquez, nos dice que lo busquemos en su cubículo ubicado en el segundo piso.
Ningún cubículo está abierto. A esa hora , nos dicen algunas personas, todos los docentes están por terminar de dictar sus clases. En los corredores solo podemos advertir a varios alumnos que circulan por allí, tal vez para ir a presentar sus últimos trabajos de ciclo. Ellos igual que nosotros, también tienen que esperar.
Transcurren diez minutos. Cuando parece que la impaciencia golpea nuestros sentidos, una figura de terno beige, corbata rojiza y cabello engominado aparece, es el autor, Juan Villacorta Vásquez. Nos acercamos a él. En pocos segundos accede a hablar con nosotros.
He aquí la entrevista.
- ¿Cómo fueron los inicios para que surgiera la relación tan cercana con las letras?
Comenzó desde la niñez y también en la adolescencia. Recuerdo que en la secundaria me gustaba mucho la lectura, la poesía, los cuentos. Gracias a la motivación por parte de los profesores y también de mi madre, quien entonces compraba el diario La Crónica; donde traía un suplemento que acompañaba como dos secciones dedicadas a poetas, narradores, una sección de clásicos revisitados; y en la que pude conocer a Poe, Neruda, Pound, Darío. Ello empezó a inquietar en mí la vocación por la escritura, es decir por la literatura.
- Por esta época, imagino que empezó a escribir sus primeros textos…¿Cómo vivió tal experiencia?
Sí, en la secundaria empecé a pergeñar mis primeras creaciones, que eran un poco rústicas, simples, inocentes, espontáneas; pero ya en la Universidad Nacional de Trujillo, con el conocimiento de las lecturas de los textos literarios y la teoría literaria misma, le hacen ver a uno que requiere preparación, cultivo y técnica, más que todo.
- Insistiendo en sus inicios en el campo de la escritura. ¿Considera que en esta etapa de la vida, las personas que se empiezan a forjar en el camino de la literatura, la toman como una especie de actividad lúdica? ¿En su caso fue así?
La escritura es como el desarrollo propio del ser humano, uno empieza jugando. Es una etapa donde uno todo lo entiende a partir del juego y conforme uno va madurando las cosas, las va tomando en serio. La vida la va tomando con mayor madurez y responsabilidad. Lo mismo ocurre con la escritura, uno escribe por juego, divertimento; luego uno se da cuenta que la literatura es un ejercicio serio al que también se debe dedicar tiempo, estudio, disciplina. Yo creo que eso ha ocurrido conmigo.
- ¿Aportó en gran medida su experiencia como estudiante en la Universidad Nacional de Trujillo para fortalecer su vocación literaria?
Claro que sí, tuve la suerte de compartir las aulas con amigos, muchos de ellos totalmente inquietos y motivados por la literatura: Ricardo Cotrina, que ha fallecido; Jaime López, Walter Ramírez, que nos llevó a formar un grupo literario denominado: Literalma. Debo destacar que varios docentes nos alentaron y nos permitieron fortalecer nuestras inquietudes literarias: Juan Paredes Carbonell, Eduardo Quiroz Sánchez, Luis Cabos Yépez, Jorge Chávez Peralta, entre otros que siempre nos apoyaron en la senda de la literatura.
- Y en estos años ¿cuáles fueron las lecturas que lo incentivaron para afianzar su labor en la escritura?
En principio eran exigencias propias de los cursos que teníamos mientras llevábamos las clases en la Facultad. Luego, ya fuera de ella, empezamos a interesarnos por autores como Herman Hesse, Pablo Neruda, Carlos Oquendo de Amat, César Moro, el Movimiento Hora Zero; todos estos autores formaban parte de la gama de lecturas que realizábamos en nuestras tertulias paralelas a las clases en la universidad.
- ¿Recuerda el primer texto que escribió? ¿Alguna temática en especial?
Por lo general todos comenzamos escribiendo poemas de amor. Creo que siempre, lo que más nos ha movido a los seres humanos son temas como el amor, el desamor, frustraciones amorosas, la ausencia del ser amado; todos los hemos vivido y en mi caso, principalmente durante la etapa de la secundaria; ya en la universidad surgen otros tópicos como lo social, humano, metafísico, las preocupaciones más serias de la vida, la muerte, el valor del ser humano, la soledad, los valores; en esta etapa de la existencia se empieza a entender al mundo desde diversas perspectivas y no desde su propio sufrimiento amoroso.
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Háblenos sobre su producción literaria. ¿Cuántos libros lleva publicados hasta la actualidad?
Casi toda la poesía que tengo es inédita. Varias de ellas las he publicado en revistas, plaquetas, suplementos de la Universidad Nacional de Trujillo. El único libro que tengo editado es Versos del caminante, el cual fue premiado el 2010. En este concurso uno de los jurados fue el gran autor Pablo Guevara, además de otros poetas reconocidos. En “Versos del caminante”, también hay una suerte de prurito de perfección, digamos exceso de perfeccionamiento.
- Justamente respecto a Versos del caminante, ¿sobre qué tópicos abarca este poemario?
Versos del caminante se basa en valorar y rescatar al ser humano común, del pueblo, de las grandes mayorías y que está preocupado por sobrevivir el día a día. En el libro trato de poetizar lo cotidiano del vivir. En Versos del caminante, el ser humano es alguien que está transitando continuamente, aquí la vida es un andar o caminar permanente, su vida va avanzando, creciendo; pero ese caminar es diario, continuo, permanente, yo aquí trabajo esa idea: el hombre que sale a trabajar, que vuelve a casa, que tiene hijos, que tiene una esposa, que ama a pesar de los sinsabores, ama la vida y a quienes con él conviven.
Cuatro meses fue el proceso de elaboración aunque sinceramente ya era un material que tenía allí pero solo faltaba darle forma. Finalmente me presenté a la convocatoria y gané el Primer Premio Nacional de Poesía Escrita Ciudad de Huamachuco 2010.
- Con relación a la obra Épica de los comunes y Celebración de la poesía. ¿Cómo se sintió al ser considerado uno de los finalistas del prestigioso Premio Copé de Poesía 2017 con este libro?
El hecho que uno sea considerado entre los mejores dentro de 500 participantes, quiere decir que tu trabajo tiene un valor, y eso reconforta, hace bien. La verdad que este reconocimiento lo tomo con mucha tranquilidad y sencillez, ya que en sí ha sido un espaldarazo para seguir en la senda literaria.
- ¿Y sobre qué temáticas se basa Épica de los comunes y Celebración de la poesía?
Con el libro, Épica de los comunes y Celebración de la poesía, allí se perfilan dos partes que no están divorciadas y que no son totalmente ajenas. En Épica de los comunes, por ejemplo se refleja la vida citadina como sucede en Lima; allí todos los días se ve el caos, gente que va y viene, se advierten los cerros poblados de gente; además de una niebla muy gris y también la llovizna, aquí yo imagino que cada una de estas personas están corriendo para coger el bus, el cual demorará mucho tiempo en circular para llegar a su destino; este diario vivir es una gesta épica.
En cada persona que vive esto yo me ubico como si fuera una de ellas y a la vez las ubico a ellas como si fueran Aquiles u Homeros, alguien que canta la épica. Cada una de estas personas es un Aquiles que va a una gran batalla, la batalla de la vida.
Por su parte Celebración de la poesía es una suerte de elogio a la poesía.
- Ya que hemos llegado a este punto, para usted ¿cuál es su definición sobre la poesía?
Es una experiencia y un disfrute necesario para equilibrar el espíritu humano; el hombre sin poesía es un animal totalmente montaraz, agreste, salvaje; la poesía sensibiliza, vuelve al hombre permeable ante los problemas de la vida y de la sociedad, y puede entender a los demás de la manera más tierna, más sublime, más espiritual. Con la poesía hay una suerte de comunión con los demás, y ella ha facilitado esa especie de acercamiento. Es como la música, alivia el espíritu, calma los pesares, te da una especie de encuentro a ti mismo.
Escribir poesía te da una suerte de regocijo interior, espacio y momento de plenitud.
- En un artículo, el crítico literario Ricardo González Vigil mencionó que la poesía es más impoluta, más pura, en comparación con la narrativa que muchas veces la usan los autores como fin de lucro. ¿Cuál es su punto de vista sobre ello?
Creo que la buena poesía no necesita ningún tipo de publicidad, la buena poesía sobrevive por sí misma, por el valor que tiene; en cambio hay mucha novela, mala narrativa, que básicamente depende de los sistemas de marketing, ella es una suerte de fuegos artificiales. Las novelas en la actualidad son demasiado rimbombantes, atractivas de forma instantánea, luego que pasa el estruendo queda solo el vacío, lo que no pasa con la buena poesía.
- ¿Cuáles son sus referentes literarios?
Leo y releo y nunca me voy a cansar de leer a Vicente Huidobro; hay una obra titulada Altazor, que es mi libro de cabecera. También leo a Octavio Paz, autor de libros muy interesantes como Libertad bajo palabra y Piedra y Sol. César Vallejo y César Moro, son también otros de los escritores entre los que más reviso y leo. En narrativa, entre los que más releo con cierta frecuencia son a Herman Hesse, García Márquez y también José María Arguedas, a este último por su conocimiento y sensibilidad andina.
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¿Cuál es su óptica sobre el panorama de las letras regionales en la actualidad?
La Libertad, específicamente Trujillo, es una tierra de escritores, hay muchos autores, buenos autores, entre ellos Santiago Merino que ganó el Premio Copé con su cuento El cuadro de Marilyn. También en este grupo puedo resaltar a escritores como Elmer López Guevara, Eduardo Paz Esquerre, Ladislao Plasencki, Luis Eduardo García y, básicamente, hay más poetas que narradores; eso hace que se nos ponga en un sitial muy expectante como ocurrió con Cuadernos Trimestrales de Poesía que tuvo un alcance muy importante a nivel nacional.
- Asimismo puede manifestarnos sobre la labor que se viene realizando en la Facultad de Educación, específicamente en la Escuela de Educación Secundaria, Especialidad de Lengua y Literatura.
Sí aquí tengo varios años dictando diversos cursos en esta especialidad. Por fortuna el año pasado tuvimos la oportunidad de que el SINEACE (Sistema Nacional de Evaluación Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa) brindó la acreditación respectiva a la especialidad de Lengua y Literatura de la UNT; eso nos ha permitido que la carrera tenga un reconocimiento de un organismo nacional, al mismo tiempo que eso nos exige dedicarnos más, renovar nuestra malla curricular, mejorar nuestros procesos de enseñanza, la acreditación tiene esa condición. Es un gran logro. Estamos trabajando para mantener este reconocimiento.
- ¿Cuál es su perspectiva sobre el panorama que se vive durante estos años con respecto a la enseñanza y a los profesionales dedicados a la asignatura de Lengua y Literatura en nuestra ciudad?
Creo que se ha mejorado. Estamos en el proceso de reforma curricular, se está trabajando, se espera tener un currículo de acuerdo con los avances científicos y tecnológicos y las necesidades de los profesionales que estamos formando y que esté de acorde a los grupos de interés. Nosotros formamos a profesionales en Educación Secundaria con Mención en Lengua y Literatura; que no solo se dediquen al aula sino también que tengan una actitud emprendedora, creativa, propositiva, que haya un panorama más amplio, como ser un gestor cultural.
- Y sobre el nivel de lectura en estos últimos tiempos, ¿qué opina sobre ello?
Creo que estamos en una crisis ya que hoy todo lo está acaparando la tecnología de la información. Uno ya no se va a la biblioteca porque en el celular puedes hallar toda la información. Pero lo que pasa es que nunca será el texto virtual igual que el texto escrito. El texto virtual por el hecho de ser tan fácil y tan accesible, allí uno no puede marcar, resaltar; en cambio en el texto escrito puedes volver las veces que quieras sin que haya fluido eléctrico, sin que no tengas créditos o megas; los sistemas electrónicos han deslumbrado a la gente, los tienen muy embobados, quieren pastillitas, algo muy fácil; en muchas ocasiones ni leen los textos, solo cortan y pegan.
Antes no se podía hacer eso, se tenía que leer el texto, investigar, había más oportunidad de la lectura. Hoy como que la lectura se está relegando y he allí que los docentes deben cumplir una labor fundamental para evitar ello y solucionar este problema en todos los niveles educativos.
- ¿Cree que hay esperanzas de volver al libro de una forma más profunda?
Claro que sí, y de una manera que se entienda la importancia de la lectura, sin eliminar los medios electrónicos porque también pueden facilitar, porque en un celular cabe una biblioteca, pero buscando los mecanismos, saber cómo utilizar, con qué, y cuándo utilizar, para qu utilizar esta herramienta. Hay que ver la manera de evitar que nos ganen los medios tecnológicos y más bien que la lectura esté por encima del deslumbramiento de las tecnologías.
- Basándose en su experiencia, ¿cuál cree que es el deber del educador en nuestros días?
Tiene muchos deberes, el principal, revalorar el proceso de educación, retomar el sentido primigenio de la educación que es formar al ser humano; de repente en algunos casos a veces se está perdiendo ello, y más bien se está quedando en el aspecto instruccionista.
El sentido de la educación pasa por ayudar a que el ser humano se construya, se desarrolle, se encuentre consigo mismo y trate en lo posible mejorar su entorno, cambiar su entorno en el que pueda vivir en paz y ser feliz con los demás.
- Finalmente, ¿cuáles son las sugerencias que le puede brindar a aquellas personas que quieren seguir la senda de las letras así como usted?
El ejercicio de la escritura es libre y voluntario y cada uno decide asumir esa tarea, ese compromiso; sabiendo que de pronto no puede recibir mucho, me refiero a recibir ganancias; pero si puede contribuir en principio a desarrollarse como persona, y también ese hecho contagiar hacia los demás.
Creo yo, que la literatura es el único vicio que no hace daño, al contrario, engrandece, desarrolla y humaniza a la persona.

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