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Cecilia Ibañez Rodríguez
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«Sé el camino que cada bebé realiza para poder nacer», Dra. Cecilia Ibañez Rodríguez, ginecoobstetra

A Cecilia Ibañez Rodríguez la vocación de la medicina le llegó mientras observaba una escena entre su madre y su abuela. El tirón la ha llevado a convertirse en la primera médico del Servicio de Medicina Fetal del Instituto Nacional Materno Perinatal

Nombre completo: Cecilia Eloisa Ibañez Rodríguez. Edad: 40 años. Lugar de nacimiento: Trujillo. Lugar de residencia: Lima. Estudios: Colegio San José Obrero, Universidad Privada Antenor Orrego, Universidad Nacional Federico Villarreal. Puesto de trabajo: Médico asistente del Servicio de Medicina Fetal del Instituto Nacional Materno Perinatal. Creencia religiosa: Católica. Creencia política: Ninguna. Un sueño: Mi sueño es tratar que muchos más bebés vengan al mundo en las mejores condiciones de vida.

Cecilia Ibañez Rodríguez

Siente Trujillo: ¿Cuándo tomaste conciencia que deseabas ser médico?

Cecilia Ibañez Rodríguez: Cuando vi a mi mamá como sufría al ver las complicaciones de diabetes de mi abuela.

¿Cuántos años ejerciendo la medicina?

14 años.

Poco se sabe sobre la especialidad de Medicina Fetal ¿En qué consiste?

La medicina materno fetal es una subespecialidad del área de gineco obstetricia, dedicada al diagnóstico y tratamiento de mujeres con complicaciones durante el embarazo; así como ver las consecuencia en el feto y poder ofrecer una alternativa de manejo y mejorar las condiciones de vida para ambos.

Tu trayectoria, afortunadamente, no es convencional ¿Cómo fue tu ingreso al Instituto Nacional Materno Perinatal?

Yo fui médico residente en el Hospital Nacional Luis N. Saéz de la Policía Nacional de Perú; y algunas rotaciones con las que no se contaba en mi sede principal pues las llevé a cabo en el instituto materno (ex maternidad de lima). Y me enamoré de la forma como evalúan a sus pacientes y de su sistema. Tuve la oportunidad de postular al Servicio de Hospitalizacion de alto riesgo obstétrico y pude ingresar.

Has marcado un hito como mujer en la medicina peruana y en la Historia de la Maternidad de Lima . Eres la primera doctora en entrar al Servicio de Medicina Fetal ¿Fue difícil ese proceso?

Sí, claro que fue difícil, el servicio de medicina fetal tiene 22 años de formado, y todo el tiempo estuvo conformado por colegas varones. Lo pensé mucho antes de presentar mis papeles para poder ingresar; aseguraba que no iba a ingresar porque todos estos años el servicio siempre fue muy cerrado y poco presto al ingreso de más colegas. Asumo porque la responsabilidad es de tamaña envergadura; sin embargo, fui bastante paciente porque ya me había trazado esa meta. Además, previamente había tomado cursos en el extranjero y me encontraba postulando a la subespecialidad. Tuve muchas personas a mi alrededor que me desanimaban, y sólo un grupo reducido de colegas me seguían animando para seguir en la búsqueda de poder ingresar, hasta que por fin se me pudo conceder el ingreso.

¿Existe mucha diferencia entre la labor de Medicina Fetal que se desarrolla en Lima en comparación con la que se desarrolla en el resto del país?

Lamentablemente aún nos encontramos muy centralizados. Sí hay mucha diferencia. Las autoridades no sólo de Lima sino del resto del país deberían apostar mucho más por la atención materno fetal y brindar los insumos y las facilidades de capacitación a todos los médicos esmerados en desarrollar esta área. Sin embargo, se valora y se aplaude el ímpetu de los colegas de salir a especializarse por iniciativa propia para, en algo poder contribuir. Lamentablemente, al regresar de sus formaciones se chocan con una realidad que no los apoya y eso es bastante frustrante porque acá, a nosotros mismos, nos pasa a menudo.

¿Cuáles han sido los principales logros durante tu labor en el Instituto Nacional Materno Perinatal?

Cuando pertenecí al servicio de alto riesgo obstétrico, lugar donde se encuentran las gestantes de difícil manejo por las complicaciones y donde la preeclampsia es el día a dia, se pudo realizar cursos nacionales, para que los colegas puedan ver como era nuestro manejo y extrapolarlo a sus diversos hospitales. La preeclampsia es la patología que lidera las tasas de mortalidad materna y de morbimortalidad neonatal. La importancia de dar a conocer, en primer lugar, que a nivel nacional hay un servicio especializado a ello es vital, y además abrir y volcar nuestras experiencias a nivel nacional hicieron que esta patología sea mejor enfocada y manejada por colegas en el ámbito nacional.

Por otro lado, dentro ya del Servicio de medicina fetal, se implementó el sistema de identificación de pacientes en riesgo de preeclampsia, a las cuales pudimos hacer intervención medicamentosa para evitar las complicaciones más severas, tanto en la madre como en el feto de la preeclampsia. Entonces, como ves, todo se va interrelacionando y el manejo empieza a hacerse no sólo más fino, sino multidisciplinario e individualizado. El fin es el mismo, las mejores condiciones para ambos mamá y bebé.

Antes se atendía con especial atención la salud de un feto, en sus últimos meses de formación. Ahora, desde las semanas de formación en el vientre ¿se pueden detectar y evitar posibles problemas en su gestación cierto?

Así es, hace 10 años aproximadamente que se viene dando la mayor importancia a la ecografía del primer trimestre. Esto nos lleva a reemplantearnos muchas cosas, como la detección temprana de condiciones que potencialmente podrían complicar el embarazo; y en el feto, la detección, lo más temprano posible, de ciertas anomalías para poder hablar de un pronóstico de vida; y en ocasiones poder plantear a la pareja una alternativa de manejo para mejorar la calidad de vida del bebé en camino.

¿Cuáles son los principales tipos de patologías en los bebés en gestación del Perú?

Definitivamente, quien lidera esta lista son los fetos con restricción de crecimiento, que tiene muchas causas, y la preeclampsia es la principal patología que causa las restricciones de crecimiento. Por eso es tan importante poder detectar los riesgos para poder hacer algunas intervenciones oportunas y evitar desenlaces fatales. Además cada vez vemos más patologías fetales, como el síndrome de Down, pues ahora que la maternidad se va postergando por los roles de las mamás en la sociedad, lo vemos con cada vez más frecuencia.

¿Qué porcentaje de esas patologías pueden evitarse y cómo?

En realidad eso es relativo. No te podría dar un número exacto y tampoco decirte ‘esto es lo que se puede prevenir’, por ejemplo en el síndrome de Down. Lo que sí se hace necesario es implementar una política netamente preventiva; por ejemplo una asesoría prenatal, en donde se les pueda brindar a los papás una orientación acerca de los beneficios y de los riesgos de un embarazo, tomando en cuenta ciertas condiciones que pueden portar ambos, sobre todo la mamá, y que pueden repercutir en un futuro embarazo.

Otra forma de evitar riesgos y algunos defectos es acudir, ni bien una se entere que va a ser mamá, al médico para su control prenatal lo más pronto posible, para la prescripción de vitaminas que contribuyan al buen desarrollo del feto. Además de la orientación de los cuidados en esta nueva etapa para la mujer. Dejar que la acompañemos en este período y disipar las dudas que pueda tener en el transcurso de ello.

Definitivamente hay varios tipos de madres gestantes, pero ¿qué recomendaciones le darías a una mujer que se entera que lleva pocas semanas de embarazo?

Parte de amar a los hijos es ser responsables con ellos; entonces, ese compromiso empieza desde que uno se entera que va a ser mamá, por eso ni bien uno se entera o tiene la sospecha que va a ser madre, debe acudir al médico, pues el primer control prenatal es la base en la cual se va a fundamentar todo, reconocer allí mismo los riesgos para garantizar el tipo de camino que nos va a tocar que asumir con cada paciente. Además, el vínculo que se crea entre el médico y, sobretodo, entre la paciente y el futuro bebé es único, pues ambos vamos a ver cómo poco a poco va a ir creciendo.

Se trata de hacer un equipo donde cada uno sea responsable de las tareas encomendadas; nosotros como sus médicos tratantes y ellas asumiendo el compromiso de seguir las indicaciones y la mejor motivación de traer a un hijo en las mejores condiciones.

Para cerrar. Cecilia ¿te sigue emocionando tener a un recién nacido en tus brazos? ¿por qué?

Bueno, soy mujer y soy mamá, escuchar los primeros latidos en un vientre ya es grandioso para mí, la vida es un milagro realmente inconmensurable. Y aún más, respecto a tu pregunta siempre me va a emocionar y me va a llenar de una energía positiva el nacimiento de un bebé; porque mejor que nadie, como madre y como profesional, sé el camino que ese pequeño ha tenido que realizar para poder nacer. Y sé también todas las responsabilidades y cuidados que ha tenido su mamá para llegar hasta el momento del nacimiento. A veces es un camino difícil, duro, sobre todo cuando algo se complica.

Por ejemplo yo tuve un embarazo bastante difícil y mi pequeña hizo restricción de crecimiento, tuve que dejar de lado muchas cosas, y dedicarme a asumir ya mi rol de madre, sin aún ella haber nacido. Por eso, cómo no emocionarme con el nacimiento de cada pequeño, para mí es un momento divino. Para la madre y para nosotros, como profesionales del área, eso paga cualquier sacrificio que puedas haber hecho para llegar hasta allí.

Cecilia Ibañez Rodríguez

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