Mario Montalbetti es un reconocido escritor nacional. Poeta, lingüista y docente. Fue uno de los invitados de honor de la 7ma Feria Internacional de Libro de Trujillo – FILT 2018.
Entre las obras de Mario Montalbetti destacan el poemario «Perro negro, 31 poemas» y su más reciente publicación «Notas para un seminario de Focault» (Fondo de Cultura Económica); además ha escrito reseñas, crónicas y artículos en la famosa revista Hueso húmero junto a los reconocidos intelectuales Abelardo Oquendo y Mirko Lauer.
Siente Trujillo habló con el destacado autor sobre su faceta como lingüista y poeta. He aquí la entrevista.
Siente Trujillo: Se sabe que su más reciente obra, “Notas para un seminario de Foucault” ha sido presentada en la 7ma Feria Internacional de Libro de Trujillo 2018. ¿Cómo nació la idea de elaborar dicho libro?
Mario Montalbetti: Es un libro raro que está estructurado en sesiones de un seminario imaginario; son ocho sesiones más una nota al final. Asimismo tiene un poema referido en una de las sesiones. «Notas para un seminario de Foucault», en sí, está estructurado como clases a grupos imaginarios; anticipando a las preguntas que van a formular y que yo mismo las respondo; esto último me pareció que le daba un cierto movimiento al libro por lo que decidí plasmarlo pues me resultaba interesante.
¿Cuánto tiempo le tomó fraguar dicha obra?
Me habrá tomado entre un año y medio, cerca de dos años.
Se sabe que en la universidad tuvo como docente al conocido escritor Luis Jaime Cisneros y que por esa época le aconsejaron leer a Noam Chomsky. ¿Cómo fue esta experiencia?
Recuerdo que fue en una práctica de Lengua 1, ó Lengua 2, y mi jefe de prácticas era Eduardo Zapata, quien nos dijo que acababa de salir un libro de un lingüista americano muy bueno que se titulaba “Lingüística cartesiana” que es un libro muy complicado, pero muy interesante. Recuerdo bien que saliendo de clase me fui a la librería Studium que quedaba muy cerca, a solo 50 metros, y lo compré y lo leí y me pareció fascinante el texto, y dije, tengo que seguirle la pista al autor.
¿A partir de allí siguió el camino de la Lingüística?
Al comienzo tuve algunas dudas, en algún momento casi estudio Economía porque el dinero se parece mucho al lenguaje; pero ya tenía una idea muy marcada de que era la lingüística la que iba a formar parte, de alguna manera u otra, en mi vida.
¿Es cierto que fue discípulo de Noam Chomsky? ¿Por qué se le considera importante en el campo de la lingüística según su parecer?
En verdad, Chomsky fue mi director de tesis y casi todo lo que sé, se lo debo a él. Hay dos cosas que son muy importantes en él, la importancia de la frase sobre la palabra, la importancia de la sintaxis, que es clave; y es clave porque no pensamos con palabras, pensamos con frases, normalmente se dice pero necesitamos las palabras, pensamos con frases; y la pregunta referente a ello es ¿podemos expresar o pensar sin sintaxis, sin articulación de palabra?.
Otro aspecto que planteó Chomsky es que el lenguaje es un dispositivo biológico que viene con la especie y es el dispositivo biológico el que permite que solamente los seres humanos puedan hacer preguntas; inclusive no se puede hacer preguntas en lo que no sea un lenguaje verbal. Por ejemplo en la música, en la pintura, en la escultura, no se pueden formular preguntas y eso define al ser humano de manera muy íntima.
Ud comentaba en cierta ocasión que el poema hace al lenguaje y no fijarse tanto en lo que dice el poema como en la obra Trilce de César Vallejo. ¿Puede dilucidar sobre ello?
Normalmente tenemos la idea de lo que dice un poema es extraordinariamente importante; pero muchas veces no podemos averiguar lo que en verdad dice un poema; en Trilce, por ejemplo, no se sabe lo que dijo Vallejo, salvo cosas muy aisladas; pero lo que dijo no es muy claro y en lugar de fijarse en lo que dice un poema, yo prefería centrarme en lo que hace un poema a la lengua en la que está escrito este poema, y ello se percibe en el caso del poemario Trilce. Allí nos podemos dar cuenta de que Vallejo le hizo algo al lenguaje; y que el castellano no volvió a ser el mismo después de Trilce.
Manifestó también en algún momento que leer un poema es sumergirse en un submarino completamente ciego. ¿Qué puede decir al respecto?
El lenguaje verbal es ciego, no sirve para ver, no es visual para nada; y el poema es el objeto lingüístico por excelencia que asume la ceguera del poema de manera radical; entonces decía que, claro, la novela contemporánea no asume esa ceguera y más bien impacta cierto tipo de conspiración con lo visual para ser descriptiva, para poder ser cinematográfica, para ser visual en última instancia. Y entonces comparaba leer una novela con un viaje en avión y ver vaquitas a través de la ventanilla mientras que leer un poema es como irse por un submarino y hacer una inmersión noventa metros bajo una superficie y donde solamente estamos orientados por los propios instrumentos que tenemos al interior del submarino… y de vez en cuando tiramos un torpedo y le damos a algo, pero es esencialmente un ejercicio ciego.

¿Ha tenido esta idea desde que comenzó su vocación por la poesía?
No, eso ha ocurrido en los últimos años, al comienzo era distinto, era más convencional mi acercamiento a la poesía.
¿Cómo influyó en usted dedicarse a la vocación poética?
Hay un momento en el cual casi todo el mundo escribe poemas; casi una escritura biológica en la época en que te sale acné en la cara y uno comienza a escribir poemas; y claro, los escribía en esos años. Pero los poemas post acné para mí son los más interesantes y son cuando uno asume que hay algo que puedo utilizar o que puedo hacer; es decir, que puedo construir como una forma de resistir algún aspecto o una realidad que a veces no nos agrada.
Respecto a su primera obra, “Perro negro, 31 poemas” se cumplen 40 años de su primera publicación. ¿Qué le significó para usted escribir este libro?
El libro que fue un alegato en contra de una chica que me había dejado, entonces dije, «allí me vengo». Entonces escribí estos poemas y allí había todavía el querer decir algo en contra; pero al mismo tiempo había un cierto placer en las formas en la que lo decía; y cuando descubrí que esa forma iba por el lado distinto a la pura significación del poema, allí me di cuenta que el poema podía ser muchas más cosas que simplemente lo que dice.
Se conoce que trabajó en la revista cultural Hueso húmero a lado de Abelardo Oquendo y Mirko Lauer. ¿Qué tal la experiencia? ¿Alguna anécdota en particular?
En Hueso húmero publiqué el poema Quásar que salió en el primer número y aprovecho para lamentar que haya fallecido Abelardo Oquendo, director de esta revista, quien imprimió carácter a esta publicación.
Hueso húmero arranca en 1979, es una revista longeva, que ha sido importante, y donde se publicaron varios debates que se presentaron a sus lectores. Ha sido una experiencia maravillosa trabajar con ellos (Mirko Lauer y Abelardo Oquendo). Allí yo publicaba reseñas, artículos, poemas, comentarios; asimismo era parte de las entrevistas que hacíamos. La verdad que estaba bien involucrado en la revista.
Centrando esta vez al aspecto de la lingüística, hay una frase que dijo y provoca curiosidad: “Cuando hago lingüística trato de probar que el lenguaje no existe y cuando escribo poemas trato de probar que estoy equivocado” ¿A qué se refiere con ello, Mario Montalbetti?
El lenguaje no existe. Esto se pone más técnico, pero es algo que, aún si no existe, debemos hacer como si existiera para defendernos del sistema capitalista que nos agobia y que trata de eliminar el lenguaje de manera eficaz y rápida; y el poeta, por otro lado, es el que asume la resistencia del lenguaje verbal, como forma de pensar, de preguntarse cosas, de cuestionar el sistema, el poder, la autoridad; por lo tanto eso hay que defenderlo porque eso es muy importante para nosotros.
Enfocando en la resistencia del lenguaje verbal, justo refería en alguna alocución que el sistema capitalista no quiere asumir o está en contra o existe un distanciamiento con este lenguaje. ¿Por qué existe ello según usted?
Es aburrido, si uno ve o escucha los programas políticos que hay en la televisión. Siempre las mismas personas a quienes se entrevistan, aparecen en diversas cadenas televisivas y dicen las mismas cosas pero al final no dicen nada. Y digo yo, hace cuánto tiempo que no invitan a un campesino o dirigente sindical o a un poeta; y cuando se invita a un poeta o artista solo aparecen en la sección cultural y es como si dijeran este payasito está diciendo cosas raras, pero nunca en términos políticos.
¿La tecnología, a través del uso de las redes sociales, cree que está perjudicando o tergiversando a la lingüística en nuestro país?
Eso pasará, no me molesta ni me preocupa. Peor que las redes sociales, me preocupa lo del Power Point como instrumento de clase o de exposición de ideas; esta figura de que todo puede reducirse en 5 propiedades, a través de las diapositivas, me parece muy banal y tonta; eso es más perverso que las jergas que se desarrollan que son de manera natural en las redes sociales.
¿Viene realizando algunos proyectos en lo literario o en la lingüística?
Estoy escribiendo un encargo del departamento de humanidades de la PUCP, un libro sobre lingüística para nivel universitario.
Con relación al ambiente cultural del país. ¿Cuál es su percepción?
Como cultura, hay ciertas cosas que han desaparecido como la crítica; casi no existe crítica en nuestro país, estoy hablando específicamente en Lima; los suplementos culturales casi están desapareciendo, más se dedican a festejar un nuevo cumpleaños de Madona que comentar un poemario nuevo que haya salido; eso me parece que allí ha retrocedido muchísimo en espacios críticos, en espacio de desarrollos de ideas.
¿Por qué cree que ocurre esta problemática?
Imagino que en nuestra sociedad están preocupados en consumir y vender productos; es más interesante, al parecer, hablar sobre temas de espectáculos que de un libro recién publicado, como un poemario, bajo la excusa de que no le gusta a la gente. Comienza a ser banal y vulgar lo que se publica en los diarios.
Finalmente, y partiendo de su experiencia como escritor. ¿Cómo vislumbra a la poesía o a la literatura en sí en nuestro país de aquí a unos 15 ó 20 años?
Poesía siempre va a existir. En este momento hay grupos de jóvenes que producen literatura, hablo del caso de Lima que es el contexto que mejor conozco; pero está el colectivo Animaliza, Vallejo Compan… En sí, hay gente que realiza cosas que pueden gustar de forma regular pero que están moviendo el ambiente cultural y por tanto es necesario prestarle atención, y eso va a continuar.
La poesía es sólida, sobrevivirá y le pasarán cosas, resistirá en defensa del lenguaje.

Entrevista de nuestro colaborador Guillermo Salvador Saldarriaga
Fotos: Anthony Ibáñez Carranza
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