La fe por la Virgen de la Puerta permite expandir el interés por Otuzco hacia sus exquisitos rincones gastronómicos
Mientras estaba en la combi, veía por la ventana a grupos de personas caminando. No entendía el porqué, así que le pregunté al pasajero del costado. Me comentó que eran devotos de la Virgen que hacían peregrinación en forma de agradecimiento por lo milagrosa que es.
Bajé de la combi a eso de las 8:10 a.m. Era domingo y hacía mucho frío. Demoré un poco ya que mi mamá me dijo que llevara ropa que me abrigue, pues, Otuzco, está a 2641 m.s.n.m. Estaba emocionada porque era la primera vez que visitaba el pueblo de la Virgen de la Puerta o también conocido como Capital de la fe.
Lo primero de lo que me percaté fueron las calles estrechas que eran de subida y de bajada, las casas se me hicieron muy familiares, como las de Cajamarca, pues eran de adobe y sus techos de tejas o a dos aguas. También me impactaron su principal medio de transporte interno en el pueblo, las mototaxis, iguales que en Chimbote, ciudad de donde vengo. Caminando y preguntando llegué a la Plaza de Armas. Está hecha a base de piedra labrada y su construcción inició en 1963, tardó casi 40 años en terminarse.
Lo primero que me sorprendió fue la majestuosa e imponente catedral, sin obviar la belleza de una plaza de armas muy limpia, algo que sería bueno de imitar en Trujillo. Sentada me percaté que habían señoras, en puestos, vendiendo panes, bizcochos, dulces, quesos, entre otras cosas muy deliciosas. Decidí comprar algunos de estos alimentos y de paso pregunté dónde vendían un buen desayuno. Me comentaron de una señora que tenía un pequeño restaurante en su casa.
Al llegar a dicho restaurante pedí un delicioso caldo de carnero. Era la primera vez que comía eso, pero según mis padres tomarse un caldo otuzqueño por la mañana hacía que estés lleno de energías, sin olvidar que antes de marcharme, la señora muy amable me recomendó visitar el mercado para conocer los diferentes tipos de alimentos que venden. También me recomendó visitar la venta de ganado que es muy clásica los fines de semana, en un lugar llamado plaza Pecuaria, en donde todos los ganaderos y campesinos se reúnen para vender vacunos, animales que tienen como destino final la comercialización de su carne.
Luego de haber visitado el mercado y la plaza Pecuaria me enrumbé a almorzar. Según reseñas online y preguntando a los pobladores me recomendaron el restaurante Sabor Otuzcano, donde pedí un cuy frito con su papa. Delicioso y muy recomendado para mi próximo viaje a esta hermosa ciudad.
Decidí ir al museo religioso de la Virgen de la Puerta que tanto me recomendaron conocer. Allí se encuentran los mantos de la Virgen de la Puerta guardados por años. La colección empieza desde los años 80 y son donaciones de los devotos que le hacen a la Virgen. Están ordenados cronológicamente y el manto de la Virgen se cambia cada 15 días.
Hay mantos que esperan lucirse por la santa patrona de Otuzco en el año 2025, pero lo más sorprendente es que hay mantos que serán lucidos recién en el año 2042, lo cual me pareció increíble. También en este museo se encuentran fotografías, joyas, prendas de los devotos para que puedan recibir la bendición de la santa madre de Otuzco o para que se le conceda alguna gracia divina. Este museo fue la primera iglesia de la virgencita, tiene aproximadamente 400 años según datos históricos. Pero se traslada por motivos de espacio ya que los devotos llegaban en gran cantidad y les resultó un espacio muy pequeño.
Pobladores de la zona me contaron que este culto del pueblo de Otuzco hacia la Virgen de la Puerta data desde el siglo XVIII luego de que se dio a conocer la noticia sobre que las ciudades norteñas como Guayaquil y Zaña habían sido saqueadas por piratas. Así, los pobladores de Trujillo pensaban que serían los siguientes. Colocaron la imagen de la Virgen de la Puerta en la entrada del pueblo y milagrosamente Trujillo no recibió ningún ataque. Fue entonces que comenzó el culto y la fe hacia la Virgen de la Puerta.
La fiesta comienza desde el día 13 de diciembre, donde la ciudad se ve abarrotada de devotos llegados de distintas partes del Perú y del mundo. El segundo día, el 14, es conocido como el Día de la bajada, ya que la imagen de la Virgen de la Puerta es descolocada del altar y entregada a disposición de los fieles. El día 15 de diciembre, también conocido como Día central o día de la procesión, se celebra una misa matutina en su honor y la imagen es llevada por la tarde a recorrer las calles otuzcanas. Durante su recorrido la acompañan diversos grupos de danza, entre plegarias, música, bailes y costumbres. Otuzco, se consagra así como Capital de la fe.
Regresé a Trujillo muy feliz por esta nueva experiencia, conocí un pueblo nuevo, lleno de fe, creencias y costumbres muy distintas a las mías. Ello me permitió aprender mucho de Otuzco y más de esos lugares de los que pocos nos cuentan las noticias.
Crónica: Pierina Ovalle Cúneo
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