La reciente edición de CADE Jóvenes Líderes, organizado por IPAE Asociación Empresarial, presentó la sesión “¿Cómo crear un mejor futuro? Entendamos la nueva realidad”
CADE Jóvenes Líderes tuvo por objetivo mostrar el panorama actual del país a través de cifras e indicadores de economía, pobreza, empleo formal, educación y salud; ello con la intención de hacer un llamado a la acción para construir un Perú desarrollado. La sesión, que fue conducida por Gabriela Vega, Líder de Proyecto RECAMBIO; y estuvo integrada por José Carlos Saavedra, Socio de APOYO Consultoría; Alexandra Ames, Jefa del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Del Pacífico; Jorge Arrunátegui, exviceministro en los sectores de Cultura, Educación y Desarrollo e inclusión social; y Oscar Ugarte, exministro de Salud.
Como inicio de la presentación, José Carlos Saavedra comentó que a nivel económico la crisis que atraviesa el Perú no tiene precedentes y es, a su parecer, “la peor que vamos a vivir en nuestras vidas”. Por ello, para el economista, la respuesta de políticas económicas que se debe dar a esta crisis tampoco tiene precedentes. “La entrega de bonos a las familias peruanas y las políticas económicas para empresas fueron las dos principales respuestas por parte del Gobierno para enfrentar esta crisis. El 87% de hogares ha visto reducido sus ingresos por la pandemia; y las dificultades que se hicieron evidentes en esta coyuntura han sido la informalidad, la falta de inclusión financiera, entre otros”, comentó.
Saavedra también indicó que, frente a este panorama complicado, la economía peruana se va a recuperar debido a que la capacidad productiva no se ha visto afectada, como sucede cuando se presenta una guerra, una crisis financiera o un desastre natural, pero de forma lenta y “se va a sentir el frío”, debido a que el PBI crecería lento, pero los salarios, no.
“El reto por delante es enorme y en múltiples dimensiones. Y desde el sector económico hemos identificado un riesgo que es cómo atender las demandas ciudadanas, que son legítimas, de mejores servicios públicos y mejor protección social; y a la vez reducir el déficit fiscal desde su nivel actual, que es insostenible, hasta uno que podamos sostener”, manifestó Saavedra. Para él, la solución es recaudar más, sin afectar el crecimiento económico; y gastar menos, sin afectar la calidad de los servicios públicos. “Al final, esto va a poner a prueba nuestras instituciones, en particular las políticas. Atender los retos por delante van a requerir de acuerdos políticos mínimos, responsables, que pongan al país por delante”, finalizó.
A su turno, Alexandra Ames centró su exposición en CADE Jóvenes sobre los desafíos que tiene el Perú en cuanto a la pobreza y la desigualdad. Para la especialista, todos los años, un tercio de los peruanos sufre choques adversos que golpean duramente la economía de su hogar; y, actualmente, no existe un sistema de protección social para ayudar a mitigar a los más vulnerables en situaciones como la que están atravesando actualmente los peruanos.
“Las crisis no son ajenas a los peruanos y estamos retrocediendo casi 10 años como país en nuestra lucha contra la pobreza. Este choque adverso (la pandemia) ha hecho que las familias se vean en la obligación de gastar menos, producto también del desempleo y la informalidad”, comentó.
La especialista dijo, además, que existe una gran desigualdad social entre regiones que es fundamental empezar a cerrar; esto no será posible si no se cuenta con un sistema de datos eficiente y un enfoque territorial para la implementación de las políticas públicas. “Debemos llegar a los más vulnerables con mayor prioridad”, comentó la expositora.
Arrunátegui y su percepción del sistema educativo y laboral
Por su parte, Jorge Arrunátegui, exviceministro en los sectores de Cultura, Educación y Desarrollo e Inclusión Social, abordó la problemática actual en los sectores de Educación y Empleo. Sobre el de Educación manifestó que “El sistema educativo peruano había venido mejorando sostenidamente, aunque no al ritmo deseado, en los últimos años; esto debido al aumento en las tasas de matrícula en Educación Básica, así como a una mejora en los resultados de las pruebas censales de competencias lecto-escritoras y matemáticas”.
Para el especialista, el principal problema que persiste es el déficit de calidad que, además, afectaba de modo diferenciado a los estudiantes de escuelas públicas, zonas rurales y de hogares con menores ingresos; creando un contexto de inequidad. “Esta brecha se evidenciaba en calidad de servicio, docentes e infraestructura; y se traducía en diferencias significativas en el rendimiento de los alumnos de zonas urbanas y rurales. En particular, las diferencias en los resultados de las pruebas censales entre zonas urbanas y rurales han venido aumentando», acotó.
Sobre el mercado laboral, el expositor comentó que este se caracteriza por el alto subempleo e informalidad y por el alto número de unidades económicas pequeñas que emplean la mayoría de trabajadores urbanos, que aportan una contribución muy baja del Producto Bruto Interno. “Dos de cada tres empleos en el Perú son informales y los jóvenes y mujeres están concentrados en trabajos con menores ingresos; su calidad es muy baja en términos de lo que producían, la remuneración y las condiciones que los sostenían”, manifestó. Sin embargo, para Jorge Arrunátegui, el impacto del COVID-19 y de las medidas implementadas para su control ha sido desproporcional. “La paralización súbita y masiva de la mayor parte de las actividades económicas llevó a que en el trimestre abril-junio casi 7 millones de personas perdieran sus empleos. La mayor caída histórica en décadas”, contó.
Arrunátegui finalizó su participación indicando que la recuperación de la economía en los meses recientes, producto de la apertura de la economía y la mejora de las cifras sanitarias relativas al COVID-19, se traducirá en una recuperación del empleo; pero que no será igual en todos los sectores y que es probable que, al haber mayor demanda de empleo, los salarios se contraigan. Sin embargo, se estima que el efecto más significativo seguirá siendo sobre los jóvenes y mujeres, así como en el empleo formal.
Finalmente, Oscar Ugarte, exministro de Salud, abordó la problemática que atraviesa este sector. Para el expositor, la pandemia COVID-19 ha mostrado serios problemas en el sistema de salud que se expresan en 4 aspectos:
1) El sistema de salud se encuentra fragmentado en diferentes subsistemas que limitan su eficacia y eficiencia
2) Existe una brecha en recursos humanos que se estima en un 30% de los existentes
3) Existe una brecha en infraestructura, equipamiento e insumos estratégicos como medicamentos
4) Hay insuficiente financiamiento y fallas en la gestión financiera.
Para enfrentar estos retos, el expositor indicó que se requiere un sistema de información articulado que integre a todos los sistemas de salud; una protección financiera mediante una política de aseguramiento universal; un fortalecimiento del primer nivel de atención de salud; y un incremento progresivo per cápita del seguro público hasta equipararse con el de la seguridad social.
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